lunes, abril 04, 2011

Después del desparpajo

Luchando con la secuela del sobrepeso
que amaneció gracias a ti en mis pestañas,
no queda más remedio que declararte
inimputable de aquello que provocas

En el fondo para el placer del desparpajo
no hay condena frágil
ni inútil sobreseimiento,

Ofrezco mi sueño como herida,
el vino como carnada
y el riesgo a morir de sobredosis,

Resumo tus cartas como causa,
mi sonrisa como efecto;
mi personaje desarmado al reflejo
de las sombras transpiradas.

En el fondo después del desparpajo,
no siguen rimas fáciles,
quizás arbitren en su contra
sentimientos contundentes

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