miércoles, junio 30, 2010

De la ciudad cuna de bandera
entre María y Manuela
varaste en el pueblo cansino
por tus ojos daban oro macizo,
los niños soñaban inquietos
besarte en la boca por la San Martín.


En la ciudad de las luces
culpamos al tiempo perdido
la noche que hicimos las paces
con el ahora y el antes,
en el banco de una plaza mezquina
una madrugada sin saber que decir.


Para que contar de la tele
apagada enfrente del morbo,
la cita torpe del viernes
duró mil besos y tres días,
el domingo de mates, risas y polvos,
tuvo su final feliz.


En los meses siguientes el sobre
el no sé, el no me importa,
si supiera predecir el futuro
me embarco igual en la historia,
insensato sería ahorrarme el ahora
para entonces volver un tiempo después.


Con mi mentón hacia arriba en tu reino
imploraste una tregua en el juego
para poder concentrarte,
con las vista posada en la llave
oí las malditas palabras en tu calle
que nunca quise escuchar.


Mujer de largos insomnios,
risa de diamante y platino,
te escribo estos versos indiscretos
esta madrugada sin crédito
sin querer queriendo encontrarme
con tu indiferencia como la última vez.


Entre María y Manuela
yo sé que en el fondo del río
tiró el secreto conmigo
para guardarlo del chisme
junto a una carta invible
que pensó alguna vez…


Entre María y Manuela
se esconde una estrella
cuya luz maquiavélica
despierta mis noches en poemas,
me invita a jugarme las cartas
aunque las apuestas las pierda
como treinta a tres.
Es conflicto de intereses,
costo-beneficio
incesto vago, inadmisible
de nombre y pronombre
ecuánime y difuso

Es torrencial, abrumador
en la siesta de los que sentencian,
rocío inacabable
sobre las ansias de los nocturnos

en camas que se visten en madrugadas;
buscador de tesoros
en recovecos muertos;
vientos de cola, suaves
contra telarañas de los pasados,

lucha en lo quieto de sufro y gozo.

Es animal insospechado
en disfraz de tortuga
y voz de perezoso…
alfiler, tenedor, aguja
en busca del punto débil
del deseo incógnito, reprimido
discriminado.

Pensador sin rutas
caminante sin brújula
jugador indescifrable,
tomador de bonos basura
con rentabilidad a corto
y riesgo extremo.

Animador de sueños
alborotador de sombras
besador de brujas alimentadas
en la erosión de lo cotidiano;
una rosa regalada
un tímido entusiasta
ilusionista sin fuegos artificiales.

Es él, y quizás, también más.
Uno más del montón

MDQ

Duele el viento por la rambla vacía,
la arena mortifica las retinas
y el mar sediento, revoltoso
se hace un festín con los recuerdos.

La feliz en invierno es otra cosa,
las carpas que no están,
los balnearios muertos…
pocos bares en Alem que
juegan a otra cosa con los locales.


Teatros con marquesinas viejas,
los hoteles albergando la orgía
de un encuentro médico,
el diario titula Peñarol Campeón
mientras toma un café el frío sobre la Colón.


Mar del Plata en junio invita a la melancolía,
y yo, la frutilla del cuadro
jugándome un pleno al futuro en el casino,
y ella, revulsiva de las imágenes tristes
se ríe y cuando salé el 15, me dice “you won”.

En un hostel con apellido de balcón,
las cuarta cerveza se toma entre dos,
la quinta desnudos, abrazados en un colchón.
La yankee que viaja por el mundo
se muere de risa en el desayuno

y yo me río, y la beso, y sonreímos.

Duele menos el viento por la rambla
caminando de la mano por la arena…
y jugamos en los balnearios muertos
a las escondidas de otros dos
que hacen el amor como nosotros..


No hay mañana y lo sabemos,
no hay promesas, y lo entendemos;
Mar del Plata invita a la locura,
un película de Woody Allen,
y nosotros, los locos protagonistas.

Puntos cardinales

Al oeste de mi almohada el epitafio sobre las huellas de tus besos, al este el maldito acertijo de pasar las noches conmigo; el re...