Después del desamor viene la montaña rusa,
vueltas y vueltas de calesita en calesita
escapándole en cada giro a la cruel sortija;
el alocado viaje del muerto que huye a su tumba.
Escalón por escalón subiste el rascacielo,
el ascensor te devolvió en un segundo al suelo...
jugando necio con el tren de tus fantasmas
a los autos chocadores disimulando la añoranza.
Después de levantarte abrazado a Blancanieves,
de compartir unas cervezas con homero y siete enanos,
viene la melancolía, la soledad del correcaminos,
el replanteo del juego que no camina sobre rieles.
El riesgo de los fuegos artificiales es cuando se terminan,
cuando el payaso se quita la nariz y el maquillaje...
cuando llega la hora emprender un nuevo viaje
y sólo tenés para empacar un sombrero y un final...
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