Eres tan preciosa que el paraíso
nace y se deslumbra al ritmo de tus pestañas
y el infierno se derrite a la sombra
de la comisura de tus labios
Ni María, ni antonella
Ni madre ni azafata,
caprichosa, alta rebelde
ni tan libre ni ocupada…
Eres tan hermosa que los credos
en vos basan sus símbolos convocantes
y las joyas se convierten a tu paso
en museos itinerantes.
Sobran los pañuelos que no usaste
en el puerto del misterio,
alquilan en el mercado los trajes
que bordaste en los recreos..
Ni tímida ni avasallante
ni abstemia ni cobarde
consecuente, elegante
ni reina ni acompañante
Eres tan cómplice que en nosotros
son redundantes las palabras
y al ponernos codo a codo
se hacen tontos los silencios.
nace y se deslumbra al ritmo de tus pestañas
y el infierno se derrite a la sombra
de la comisura de tus labios
Ni María, ni antonella
Ni madre ni azafata,
caprichosa, alta rebelde
ni tan libre ni ocupada…
Eres tan hermosa que los credos
en vos basan sus símbolos convocantes
y las joyas se convierten a tu paso
en museos itinerantes.
Sobran los pañuelos que no usaste
en el puerto del misterio,
alquilan en el mercado los trajes
que bordaste en los recreos..
Ni tímida ni avasallante
ni abstemia ni cobarde
consecuente, elegante
ni reina ni acompañante
Eres tan cómplice que en nosotros
son redundantes las palabras
y al ponernos codo a codo
se hacen tontos los silencios.
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