domingo, julio 25, 2010

Te invito a bailar

Rompía a pedazos una lata de conocida gaseosa,
la noche aquella con luna en que te conocí,
diez años de cafés post gato con botas
de contarnos detalles que nunca debimos decir.

Tú conoces de memoria mi pasado de guantes blancos,
la estrategia de escapar de lugares, diciendo yo no fui,
yo sé de tus fobias a promesas rotas,
de la rueda busca consuelos en la calle Superí.

Sin embargo insistes en pedirme palabras
y yo insisto en la módica suma de callar y callar,
en la vereda de enfrente te espera un hombre
con la frase en la frente que quieres oír.

No me gusta escribir versos que rimen con tus besos
tanto como morderte los labios en la galería del rato,
mirarte a los ojos en la esquina de pizza y espuma,
happy hour de postre entre Austria y un prócer sutil,
besarte el tatuaje con ganas del ángel con alas
plantar la bandera del barco pirata en tu hermoso jardín.

Sabemos los dos que si un día se te ocurre,
jugarte la historia a una partida quizás de ajedrez,
le sobran argumentos para ponerme en jaque
a tu admirador seceto, llamémoslo Bernabé-

Yo soy fanático de demostrarlo con hechos,
así una noche a las nueve te esperaba a cenar
a lo ocho te vieron bailando un lento en un bar de San Telmo,
nadie se atrevió a reconocerlo diciendo que estaba mal

Dos meses después yo tomaba un whisky
en la mesa del fondo del mismo bar…
Me vibraba el teléfono en el bolsillo izquierdo,
que haces tanto tiempo, te invito a bailar

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