De la ciudad cuna de bandera
entre María y Manuela
varaste en el pueblo cansino
por tus ojos daban oro macizo,
los niños soñaban inquietos
besarte en la boca por la San Martín.
En la ciudad de las luces
culpamos al tiempo perdido
la noche que hicimos las paces
con el ahora y el antes,
en el banco de una plaza mezquina
una madrugada sin saber que decir.
Para que contar de la tele
apagada enfrente del morbo,
la cita torpe del viernes
duró mil besos y tres días,
el domingo de mates, risas y polvos,
tuvo su final feliz.
En los meses siguientes el sobre
el no sé, el no me importa,
si supiera predecir el futuro
me embarco igual en la historia,
insensato sería ahorrarme el ahora
para entonces volver un tiempo después.
Con mi mentón hacia arriba en tu reino
imploraste una tregua en el juego
para poder concentrarte,
con las vista posada en la llave
oí las malditas palabras en tu calle
que nunca quise escuchar.
Mujer de largos insomnios,
risa de diamante y platino,
te escribo estos versos indiscretos
esta madrugada sin crédito
sin querer queriendo encontrarme
con tu indiferencia como la última vez.
Entre María y Manuela
yo sé que en el fondo del río
tiró el secreto conmigo
para guardarlo del chisme
junto a una carta invible
que pensó alguna vez…
Entre María y Manuela
se esconde una estrella
cuya luz maquiavélica
despierta mis noches en poemas,
me invita a jugarme las cartas
aunque las apuestas las pierda
como treinta a tres.
miércoles, junio 30, 2010
Es conflicto de intereses,
costo-beneficio
incesto vago, inadmisible
de nombre y pronombre
ecuánime y difuso
Es torrencial, abrumador
en la siesta de los que sentencian,
rocío inacabable
sobre las ansias de los nocturnos
en camas que se visten en madrugadas;
buscador de tesoros
en recovecos muertos;
vientos de cola, suaves
contra telarañas de los pasados,
lucha en lo quieto de sufro y gozo.
Es animal insospechado
en disfraz de tortuga
y voz de perezoso…
alfiler, tenedor, aguja
en busca del punto débil
del deseo incógnito, reprimido
discriminado.
Pensador sin rutas
caminante sin brújula
jugador indescifrable,
tomador de bonos basura
con rentabilidad a corto
y riesgo extremo.
Animador de sueños
alborotador de sombras
besador de brujas alimentadas
en la erosión de lo cotidiano;
una rosa regalada
un tímido entusiasta
ilusionista sin fuegos artificiales.
Es él, y quizás, también más.
Uno más del montón
costo-beneficio
incesto vago, inadmisible
de nombre y pronombre
ecuánime y difuso
Es torrencial, abrumador
en la siesta de los que sentencian,
rocío inacabable
sobre las ansias de los nocturnos
en camas que se visten en madrugadas;
buscador de tesoros
en recovecos muertos;
vientos de cola, suaves
contra telarañas de los pasados,
lucha en lo quieto de sufro y gozo.
Es animal insospechado
en disfraz de tortuga
y voz de perezoso…
alfiler, tenedor, aguja
en busca del punto débil
del deseo incógnito, reprimido
discriminado.
Pensador sin rutas
caminante sin brújula
jugador indescifrable,
tomador de bonos basura
con rentabilidad a corto
y riesgo extremo.
Animador de sueños
alborotador de sombras
besador de brujas alimentadas
en la erosión de lo cotidiano;
una rosa regalada
un tímido entusiasta
ilusionista sin fuegos artificiales.
Es él, y quizás, también más.
Uno más del montón
MDQ
Duele el viento por la rambla vacía,
la arena mortifica las retinas
y el mar sediento, revoltoso
se hace un festín con los recuerdos.
La feliz en invierno es otra cosa,
las carpas que no están,
los balnearios muertos…
pocos bares en Alem que
juegan a otra cosa con los locales.
Teatros con marquesinas viejas,
los hoteles albergando la orgía
de un encuentro médico,
el diario titula Peñarol Campeón
mientras toma un café el frío sobre la Colón.
Mar del Plata en junio invita a la melancolía,
y yo, la frutilla del cuadro
jugándome un pleno al futuro en el casino,
y ella, revulsiva de las imágenes tristes
se ríe y cuando salé el 15, me dice “you won”.
En un hostel con apellido de balcón,
las cuarta cerveza se toma entre dos,
la quinta desnudos, abrazados en un colchón.
La yankee que viaja por el mundo
se muere de risa en el desayuno
y yo me río, y la beso, y sonreímos.
Duele menos el viento por la rambla
caminando de la mano por la arena…
y jugamos en los balnearios muertos
a las escondidas de otros dos
que hacen el amor como nosotros..
No hay mañana y lo sabemos,
no hay promesas, y lo entendemos;
Mar del Plata invita a la locura,
un película de Woody Allen,
y nosotros, los locos protagonistas.
la arena mortifica las retinas
y el mar sediento, revoltoso
se hace un festín con los recuerdos.
La feliz en invierno es otra cosa,
las carpas que no están,
los balnearios muertos…
pocos bares en Alem que
juegan a otra cosa con los locales.
Teatros con marquesinas viejas,
los hoteles albergando la orgía
de un encuentro médico,
el diario titula Peñarol Campeón
mientras toma un café el frío sobre la Colón.
Mar del Plata en junio invita a la melancolía,
y yo, la frutilla del cuadro
jugándome un pleno al futuro en el casino,
y ella, revulsiva de las imágenes tristes
se ríe y cuando salé el 15, me dice “you won”.
En un hostel con apellido de balcón,
las cuarta cerveza se toma entre dos,
la quinta desnudos, abrazados en un colchón.
La yankee que viaja por el mundo
se muere de risa en el desayuno
y yo me río, y la beso, y sonreímos.
Duele menos el viento por la rambla
caminando de la mano por la arena…
y jugamos en los balnearios muertos
a las escondidas de otros dos
que hacen el amor como nosotros..
No hay mañana y lo sabemos,
no hay promesas, y lo entendemos;
Mar del Plata invita a la locura,
un película de Woody Allen,
y nosotros, los locos protagonistas.
lunes, mayo 31, 2010
Sólo un poco
Un poco más, sólo un poco
de ese guiño de frescura fértil
del vino en tus labios rojos
la copa idiota que nos hizo reír.
Un poco más de discusiones rebeldes
de esos tiempos que sobra la ropa
frentes de batalla, guerras de alcoba.
Un poco más de risas compatidas
de la lluvia afuera cero melancólica
que muerde el anzuelo de los encerrados.
Un poco más, sólo un poco
de cordones desatados
el reloj ausente
las manos presentes
Sólo un poco más de vino
de sordos caprichos
chocolate caliente
dulce submarino;
más de esos silencios
mojados cabellos.
Sólo un poco más de tiempo
de mentes distraídas
de mirar y verte
de rondar tus vértices
de rimas con besos
de besos sin curvas.
Un poco más de vos
Un poco más de éste domingo
¡Maldito lunes!
de ese guiño de frescura fértil
del vino en tus labios rojos
la copa idiota que nos hizo reír.
Un poco más de discusiones rebeldes
de esos tiempos que sobra la ropa
frentes de batalla, guerras de alcoba.
Un poco más de risas compatidas
de la lluvia afuera cero melancólica
que muerde el anzuelo de los encerrados.
Un poco más, sólo un poco
de cordones desatados
el reloj ausente
las manos presentes
Sólo un poco más de vino
de sordos caprichos
chocolate caliente
dulce submarino;
más de esos silencios
mojados cabellos.
Sólo un poco más de tiempo
de mentes distraídas
de mirar y verte
de rondar tus vértices
de rimas con besos
de besos sin curvas.
Un poco más de vos
Un poco más de éste domingo
¡Maldito lunes!
miércoles, mayo 26, 2010
Vidrio empañado
Volamos del encierro de esa fiesta color a excusa
cada uno por su lado para evitar la chusma
que atentaba innecesaria contra hormonas desinhibidas,
que aparentamos moribundas planeando aquella huida
Consumimos besos reprimidos en la oscuridad
merodeando el precipicio de no asumir la realidad,
soñamos despiertos en ese vuelo postergado
una fugaz fiesta perfecta, vos, yo, tu boca, mis manos
Caímos en la trampa de los te quiero en redundancia,
más sinceros eran los suspiros del placer ya liberado,
ya no supimos no quisimos planear la retirada
quedamos boquiabiertos, con el corazón entrelazado.
Admiramos ya después silenciosos el ocaso
de la sugestiva pérdida del cinismo antepasado,
confirmamos indulgentes el rigor de áquel encuentro,
tu nombre y el mío in eternum en ese vidrio empañado.
cada uno por su lado para evitar la chusma
que atentaba innecesaria contra hormonas desinhibidas,
que aparentamos moribundas planeando aquella huida
Consumimos besos reprimidos en la oscuridad
merodeando el precipicio de no asumir la realidad,
soñamos despiertos en ese vuelo postergado
una fugaz fiesta perfecta, vos, yo, tu boca, mis manos
Caímos en la trampa de los te quiero en redundancia,
más sinceros eran los suspiros del placer ya liberado,
ya no supimos no quisimos planear la retirada
quedamos boquiabiertos, con el corazón entrelazado.
Admiramos ya después silenciosos el ocaso
de la sugestiva pérdida del cinismo antepasado,
confirmamos indulgentes el rigor de áquel encuentro,
tu nombre y el mío in eternum en ese vidrio empañado.
martes, mayo 25, 2010
Algún día escribiré mi historia;
y, sin dudas, tendrás un párrafo,
un pétalo en el rosedal de los recuerdos;
serás un suspiro de una época,
un capricho de mujer desnuda,
un impass ambiguo
un motor encadenado a las bestias
que rompían mitos en una habitación.
Serás una espera inquieta,
un sermón cobarde de tu propia iglesia
un viaje al edén de lo inconcluso.
El ciempiés que tomó vuelo propio.
Y la historia no llorará tu ausencia
ni sobrevolará los nidos de los quién sabe.
No habitarás versos tristes de madrugada
ni ahogarás principios de musas inspiradoras.
No serás ausencia aunque estés implícita
en detalles absurdos / manías acumuladas,
frases decorativas / besos aprehendidos-
Estarás implícita en detalles absurdos,
en el perfume para el baño,
en la siesta vespertina,
en el pollo a la pimienta.
En los mensajes del celular reprimidos
porque las discusiones se miden cara a cara.
Habitarás eterna en la elección del vino,
Malbec si es un tinto. blanco un torrontés.
Algún día, tal vez, en unos años
te encuentre, una vez más, caminando por el alto,
y, obvio, me mostrarás las fotos de tus nietos
y yo te hablaré de mis hijos, por supuesto,
y pensemos, aunque no lo diremos por si acaso
que podrían haber sido nuestros...
Y me contarás arrugas con tu sonrisa abierta,
entre café sin cafeína y donas que no engordan.
Y diremos adiós con miradas tiernas,
mientras vos piensarás que hubiera sido
si no tomabas ayer ese vuelo;
y yo que hubiese pasado si te hubiera acompañado...
Y en el taxi te des cuenta, y yo en la calle piense
que un día fuimos protagonistas
yo de tu vida, vos de la mía
y terminamos siendo actores de reparto. .
y, sin dudas, tendrás un párrafo,
un pétalo en el rosedal de los recuerdos;
serás un suspiro de una época,
un capricho de mujer desnuda,
un impass ambiguo
un motor encadenado a las bestias
que rompían mitos en una habitación.
Serás una espera inquieta,
un sermón cobarde de tu propia iglesia
un viaje al edén de lo inconcluso.
El ciempiés que tomó vuelo propio.
Y la historia no llorará tu ausencia
ni sobrevolará los nidos de los quién sabe.
No habitarás versos tristes de madrugada
ni ahogarás principios de musas inspiradoras.
No serás ausencia aunque estés implícita
en detalles absurdos / manías acumuladas,
frases decorativas / besos aprehendidos-
Estarás implícita en detalles absurdos,
en el perfume para el baño,
en la siesta vespertina,
en el pollo a la pimienta.
En los mensajes del celular reprimidos
porque las discusiones se miden cara a cara.
Habitarás eterna en la elección del vino,
Malbec si es un tinto. blanco un torrontés.
Algún día, tal vez, en unos años
te encuentre, una vez más, caminando por el alto,
y, obvio, me mostrarás las fotos de tus nietos
y yo te hablaré de mis hijos, por supuesto,
y pensemos, aunque no lo diremos por si acaso
que podrían haber sido nuestros...
Y me contarás arrugas con tu sonrisa abierta,
entre café sin cafeína y donas que no engordan.
Y diremos adiós con miradas tiernas,
mientras vos piensarás que hubiera sido
si no tomabas ayer ese vuelo;
y yo que hubiese pasado si te hubiera acompañado...
Y en el taxi te des cuenta, y yo en la calle piense
que un día fuimos protagonistas
yo de tu vida, vos de la mía
y terminamos siendo actores de reparto. .
domingo, mayo 16, 2010
Momentos
Hay muchos momentos, lugares, personas, olores, circunstancias, dolores, felicidades, inquietudes, pero sobre todo momentos y personas que se nos cruzan en la vida por lo que solemos llamar destino.
Vaya a saber uno que es el destino exactamente, es como el futuro que tenemos previamente fijado, el punto final, de paso o de partida de algo del que inexorablemente no podemos escapar. Son las cosas que nos pasan sin que nosotros hagamos que nos pasen o que las hacemos mientras no nos damos cuenta que las estamos haciendo. Está lleno de éstos momentos, el noventa y nueve por ciento de nuestro tiempo lo pasamos bajo éstas circunstancias, vivimos la vida relacionándonos casi por inercia bajo la perspectiva de usos, costumbres, ambigüedades, que adoptamos y asumimos en algún momento también por inercia, por el método existencial en que nos movemos.
Sin embargo, hay otros momentos, olores, circunstancias, personas en que nos damos cuenta que estamos a punto de decidir cosas que marcaran nuestro futuro, en que elegimos nuestro propio destino. Nos paramos enfrente de los hechos, considerando todos los caminos posibles y sus consecuencias, consecuencias que miramos a corto y largo plazo, como ignorando que a largo plazo vamos a tener un montón que otros momentos como éste que volverán a modificar las cosas. Como si la decisión fuera irrevocable y nos atara al resto de nuestras vidas.
Son esos momentos en que se nos hacen nudos en la garganta, que nos volveremos hiperactivos de trivialidades y a la vez estáticos envueltos en nuestra propia inoperancia, que nos atan al ayer al hoy y quizás también al mañana, que nos superan queriendo que nos superen, la cobardía antecede la decisión o vaya a saber qué, el silencio que antecede al movimiento, el miedo a la paz, el ruido a la locura, la duda a la pasión.
Hay momentos y personas pero sobre todo momentos que nos cambian la perspectiva, que nos vuelcan un camión de roedores en nuestras espaldas, que nos hacen mirar atrás y pensar, mirar adelante y decidir, tomar la rienda de nuestro propio destino o lo que sea que fuese.
Hay momentos y personas pero sobre todo personas que nos paralizan, nos invaden, nos controlan, nos consumen, nos convidan, nos cautivan, nos enamoran, nos provocan, nos reeditan.
Hay momentos como éstos…
Hay personas como ellas.
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