lunes, noviembre 22, 2010

Algunas veces no he dicho todo lo que pienso
otras tantas veces no he sabido callar;
a la sombra del trabajo me volví un idiota
el síndrome del ombligo no me dejó llorar.

Ayer me volé con un gato con botas
colgado de una musa hoy me desperté
hay caballitos de batalla siguiendo la aurora
al viento de la ola yo me le animé.

Algunas veces he mentido sin ningún complejo
otras tantas veces he dicho la verdad;
el cabrón que me mira enfrente del espejo
me cuenta los cuentos que no quiero escuchar.

Yo no tengo lástima por quién confiesa sus delitos
ni me da alegría quien no quiere confesar;
en un tiempo hice un master en apología del frío
y también he matado por tener quien amar.

Quién no toma una copa para quedarse parado,
quién no rompió un contrato para dejarse ser;
quién no llama un amigo para comerse un asado…
quién no fue con un vino tras una mujer.

Ayer me suicidé con un gato con botas
al pie de una musa hoy me reporté..
la locura del trabajo me volvió un idiota
con viento de cola yo nunca aterrizé.

Quién no tiene una boca que no le haya hecho daño,
quién no tuvo un Mercedes y se lo volcó...
quien no tiene un proyecto misterioso entre manos,
quien no estuvo en un lado que nunca conoció.

Yo perdí en el casino más que la inocencia,
drogado con besos locuras prometí,
sedado con símbolos no medí consecuencias
al pie de una cama yo me conmoví.

Tanta ceremonia que se hace por inercia,
tantas melodías que no les conté...
el juego a veces requiere de riesgos,
la otra noche en al esquina a Dios soborné.

Quién no hizo preguntas que no tienen respuesta,
quién no le echo la culpa a una maldición,
quién no hizo una promesa enfrente de una vela,
quién no renació en una noche de amor.

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