Nuestros mundos paralelos,
Se encontraban armoniosos
Transcurrían normalmente
Por caminos divergentes
Con personas diferentes
Y la reciproca indiferencia
Hacia aquel desconocido
Pero un día descarrilamos,
Un ratito, en simultáneo
Nos interceptamos sin quererlo
Sonreímos al encontrarnos
Y una extraña fuerza de gravedad
Se empeñaba en juntarnos
Aparecimos frente al mar,
Encontramos ese barco abandonado
Después de algunos días,
Dubitativos, empecinados
Emprendimos aquel viaje
Con destino de naufragio
La corriente nos llevaba
Poco a poco,
Íbamos ganando confianza,
Y nos dejábamos llevar
Cuando quisimos darnos cuenta,
Despilfarrábamos algarabía
En el medio de alta mar
Nuestra inconsciencia adolescente
no veía mas allá
Un día despertamos
El sol no nos dio la bienvenida
Reemplazado por oscuros nubarrones
que amenazaban un temporal
Y nosotros,
humildes inexpertos
en tormentas en alta mar
nos mirábamos confusos
ignorando como actuar
El agua empezó a caer,
El viento empezó a soplar,
Y nuestro barco abandonado
comenzaba a tambalear
Y así de repente, previsible,
veíamos hundirse nuestro barco,
Y casi sin quererlo,
tuvimos que saltar,
Naufragamos unos días,
hasta que las enormes aguas
del sabio y viejo mar
nos devolvieron a cada uno
a nuestro mundo original
Sin un adiós, ni un hasta luego
Sin odio ni rencor
Y así,
regresamos
a nuestros mundos paralelos
con personas diferentes
por caminos divergentes
Pero sin poder volver jamás
A aquella indiferencia
Que solíamos llevar
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