martes, agosto 25, 2009

Tormenta de Verano

Sentado en la mesa de áquel bar
un martes de enero de algún año
de una fecha si mal no recuerdo
cápicua
en compañía un café doble
y una lluvia torrencial hermafrodita...


Entró ella entre perdida y decidida
un clavel mojado y desarmado
resaltaba sobre el costado izquierdo
de su cabello que le había regalado
no sé si al agua o al viento
su peinado


Empapada y tiritando
su remera traslucía mi destino..
desilucionada, no encontró lugar
mi café doble se vistió de caballero
y le ofreció un lugar...

No sé muy bien como pasó
al rato empapados de lujuria
Decorábamos aquella extraña intersección
matándonos a besos en aquel rincón

El atardecer pasó volando /
La noche se hizo corta /
La madrugada nuestra aliada
Y el sol nuestro telón

Se fue sin dejar rastro
sin un teléfono /
sin un hasta luego / ni una dirección
Sólo dejo su clavel en el bolsillo de mi saco,

y su perfume impregnado en mi corbata azul..

Una mañana azul como cualquiera
la encontré en el subte
Seria como Santo /
Discreta como el bodegón

Me acerqué y le susurré al oído
“te olvidaste la sonrisa,
arriba de la mesa
junto a la censura de tus labios

En aquel viejo Bar”

Me guiño un ojo,
Apenas sonrió…
En ese instante me percaté
que llevaba de la mano
a un niño de unos 5 años
que le decía mamá


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